El cantante y compositor madrileño Alejandro Sanz recompuso su 'corazón partió' con el calor que recibió del público congregado en la Catedral del Cante de La Unión para disfrutar de la segunda gala.
Momentos antes de que comenzara la esperada actuación de la cantaora Estrella Morente, ante un patio de butacas expectante y lleno a rebosar, el alcalde unionense, Francisco Bernabé, hacía entrega al artista latino con más premios Grammy de la historia de la música del Castillete de Oro, máximo galardón del Festival del Cante de las Minas. Un reconocimiento a su trayectoria como «embajador de la música y la cultura de España a nivel universal, así como por su defensa del arte flamenco allá por donde va».
El artista, que ha vendido más de 22 millones de discos durante su carrera y que ha ganado 16 premios latinos Grammy y 3 tres americanos, con muestras de satisfacción tras recoger el Castillete de Oro y ante el caluroso aplauso del público, dio las gracias al alcalde por sus palabras. «Quiero agradecer, también, al festival y a todo el pueblo de La Unión el cariño con que me ha recibido. Para venir a este festival he hecho unos cuantos kilómetros, más o menos los mismos que hice para irme. Así que estamos empate. Quiero decir que, como muchos de mi generación, yo aprendí a cantar y a sentir la música escuchando a Paco de Lucía, a Camarón... Pero me di cuenta muy pronto que para entender a Camarón había que oír a La Perla, a Chaqueta, a Rubio; para entender a Paco, había que escuchar al Beni de Cádiz, porque yo soy de Cádiz, perdonen la querencia».
No quiso despedirse del público sin confesar: «He crecido con el flamenco. El flamenco me ha dado todo lo que tengo y, por eso, siempre voy a estar en deuda con él. Me llevo este premio para que me recuerde siempre la deuda que tengo con este arte y, por ende, con el pueblo de La Unión».
Hoy, después de la gloria, dedicará a los vecinos de Lorca afectados por el terremoto del pasado 11 de mayo toda su energía positiva, para animarles a seguir adelante con la reconstrucción de la ciudad y de sus vidas.
Después de la entrega del Castillete de Oro, le tocó el turno a la granaína de la estirpe Morente que, por tercera vez, acudía al Festival Internacional del Cante de las Minas. Esta vez, arropada sobre las tablas del Antiguo Mercado Público por su madre, la bailaora Aurora Carbonell; su hermana, la cantaora Soledad Morente; su hermano, el tocaor Enrique; y su tío Montoyita, a la guitarra. Juntos, en familia, entregaron al público unionense su espectáculo 'En concierto', una actuación cocinada a base de fandangos, tangos, soleares, tarantas y seguiriyas, con la que se entregaron al recuerdo del gran Enrique Morente en lo que fue la parte final del homenaje con que el Festival de La Unión ha querido tenerle presente siete meses después de su muerte, como el año pasado lo estuvo en cuerpo y alma en la segunda gala y para recibir su Castillete de Oro, y como lo estará para siempre en la Avenida del Flamenco.
La emoción y el dolor se transformaron en un arte, «como mi padre me enseñó», recordaba ya en La Unión Estrella Morente, que inundó la densa atmósfera de la Catedral del Cante.
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