jueves, 23 de febrero de 2012

Alejandro Sanz, un "chaval" que va pisando fuerte


“Tanta felicidad me da miedo”, dijo una vez en una entrevista. No suceden todas juntas estas cosas de ser exitoso, reconocido y a su vez encontrar una vida personal que acompañe con momentos realmente envidiables. Pero para todo eso Alejandro Sanz las tuvo que pasar desde chico, aunque siempre impulsado por un entorno musical que lo terminó inclinando por ser cantante. Revelación si las hubo trasuntó lo romántico hasta desacargar toda su creatividad en un pop latino que lo tiene como receta principal.
Pero Alejandro Sanz es un “chaval” que lo sabe hacer bien y sus fórmulas fueron de lo complejo a una marca fundamental en su carrera. “El éxito te da seguridad. Haces cosas sin tener que ceder a presiones. Cuando yo empecé, lo primero que me dijo la compañía de discos es que renunciara al flamenco, que en aquellos momentos no estaba bien visto en España”, supo comentar en una nota. Y se ve que los productores tuvieron mucha razón. Así fue su primer disco en su carrera, hasta que metió un giro importante.
“Los chulos son pa’ cuidarlos” es el nombre de su primera grabación a los 16 años con una impronta tecno-flamenca. Un arranque bizarro la mayoría lo tuvieron. Alejandro luce en esa portada saco de torero, jeans y una gorra. “Mi gusto por el flamenco jamás va a cambiar. Hay otros grupos, sobre todo de mi etapa más heavy, que no han superado el paso del tiempo, como Deep Purple, pero otros continúan siendo como sangre en mis venas, como AC/DC”, dice igualmente.
Pero para rebatir aquello en tres años apareció con “Viviendo de prisa” y con una estirpe más romántica en su portada. Era 1991 y los éxitos llamaron a la puerta: “Los dos cogidos de la mano”, “Pisando Fuerte” y “Se le apagó la luz”. Tres exitazos que sirvieron para el puntapié inicial al comienzo fulgurante de una gran carrera. Fueron nueve discos de estudio y varios en vivo lo que lo consagraron como un gran vendedor: 25 millones de copias.
Pero para que todo aquello sucediera tuvieron que pasar un par de discos. Fue en 1997 cuando vio con grandes ojos el éxito en grande cantidades. “Más”, es la placa que entregó el tema más significativo hasta ese momento: “Corazón partío”. Una lluvia de ventas. Igualmente “Amiga mía” es otra de las canciones que resuenan como “Si hay Dios”, “Siempre es de Noche” y “Y, ¿Si fuera Ella?”. Y los premios: “Aquello que me diste” fue el video del año en su país.
Después de eso fue todo mágico y la consagración lo abrazó en la siguiente década.
Y Sanz se dio el gusto de colaborar con verdaderas estrellas de la canción. Por citar algunos a Joaquín Sabina, Shakira o Juanes y con enormes mitos como Tonny Bennett y los internacionales Alicia Keys y The Corrs. El chico que había empezado aquel sueño flamenco y que encontró un camino más recto hacia el éxito es ahora ese artista consagrado de 43 años, padre de familia y con receta bajo el brazo para garantizarse un resto del camino sin muchas desviaciones. Será por eso que “tanta felicidad le da miedo”, pero bien que vale la pena para saber llevarlo.

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